Hola amigos,
Es mi intención reflejar en este post lo que ha significado para mi Appalachian National Scenic Trail en estos cinco meses.
Esta aventura no ha sido improvisada en modo alguno. El embrión de la misma comenzó a gestarse allá por el año 2008, estando en Argentina, cuándo un norteamericano de nombre Anthony me habló del Sendero de los Apalaches. Han sido muchos los meses dedicados a su planificación..., leyendo y recogiendo información, creando este Blog, comprando materiales, obteniendo el Visado, vuelos, entrenando y sobre todo mentalizándome y preparándome psicológicamente para algo extraordinario, como es esta travesía.
Estoy acostumbrado a la montaña y tengo mi experiencia, pero como digo, los comienzos en Appalachian Trail fueron como los de ese niño que pongo como ejemplo. Recuerdo que no sabía ni siquiera las señales que debía de seguir o dónde comprar provisiones y cómo hacerlo. Pero la necesidad pronto te marca el camino. Significar que, en los cinco primeros días, perdí cuatro kilos debido al esfuerzo -al sobresfuerzo sería más correcto decir- y al estrés que supuso para mi entrar en un medio que en ese momento me superaba totalmente.
Appalachian National Scenic Trail es una travesía totalmente de montaña, con una longitud de 3523 kilómetros y un desnivel acumulado de 141580 metros, que discurre a través de una masa forestal impresionante y de primer orden. Esto supone caminar y vivir dentro del bosque, prácticamente como un animal más, durante un largo tiempo, en mi caso 142 días consecutivos.
La travesía está realizada íntegramente en solitario y sin equipos de apoyo, algo realmente muy difícil de sobrellevar, os lo aseguro. Los despistes, errores y decisiones personales pueden llegar a tener consecuencias muy serias, al igual que los accidentes, o los encuentros fortuitos con animales peligrosos, especialmente con las temibles serpientes cascabel o similares.
En la estructura de este texto quiero dar prioridad a los cuatro elementos clave del Appalachian Trail, como son: Los Trail Ángels, el Bosque, la Organización Appalachian Trail Conservancy y los Thru-Hikers, mis compañeros de viaje..., dejando para el final mis propias vivencias, mi propia experiencia.
Trail Ángels
Si no me falla la memoria, en uno de los primeros posts que publiqué comentaba que había pecado de soberbia, al pensar y pretender abordar esta ruta con mis propias fuerzas. Pronto fui consciente de que esto es muy difícil, sino imposible.
En este viaje aparecieron de pronto unas personas que han llenado mi vida durante estos cinco meses, personas que de forma generosa y altruista me han ayudado de un modo que, solo con recordarlo, emociona. He pasado por situaciones muy complicadas, de estrés, incluso desesperación…, y allí surgían ellos, como caídos del cielo, dispuestos a ayudarme en todo lo necesario. Muchas veces con sus palabras de ánimo, con sus abrazos, con su comida y bebida, poniendo a mi disposición sus hogares, durmiendo incluso con ellos en la misma habitación... He sentido su cariño de un modo que no olvidaré mientras tenga uso de razón, sintiendo además su admiración hacía este humilde caminante por el reto que intentaba cumplir, en esos momentos un aspirante a Thru-Hiker.
Sería interminable la lista de personas, de todo tipo y condición que me han ayudado durante este viaje, hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes… A todos os digo, Trail Ángels, que sin vuestra generosidad y ayuda, nunca hubiera llegado a Katahdin, y es de justicia que así lo reconozca.
Vosotros sois el alma de Appalachian Trail y los que dais sentido a esta mítica travesía. En mis recuerdos no quedará rastro del sufrimiento acumulado, ni de las penurias de todo tipo que he pasado, pero sí quedaran para siempre, grabados a fuego en mi corazón, vuestros rostros, gestos y palabras, vuestra amabilidad y empatía para con la gente necesitada, como ha sido mi caso en numerosas ocasiones.
Thanks Trail Ángels! Thanks!
El bosque
Debo hablar también del que ha sido mi habitat durante todo este tiempo. En los primeros días, sentía el bosque como un medio hostil, casi como un enemigo, algo temible y del que debía guardarme. El paso del tiempo ha ido conformando una opinión sobre el mismo diametralmente distinta. Hoy soy consciente de que el bosque me ha protegido; por ejemplo, del sol, del calor, de los temporales... Me ha proporcionado agua (algo esencial) y hierbas con las que he llegado a hacer emplastes para mis heridas. He aprendido a vivir dentro de él, en convivencia y armonía con el resto de animales. He disfrutado de sus sonidos, de sus silencios, de atardeceres bellísimos, de noches negras…, de noches cubiertas de estrellas y de amaneceres en los que centenares de pájaros me daban los buenos días y animaban con sus cantos a proseguir el camino.
He podido sentir que el bosque es algo vivo, que también sufre y muere, pudiendo comprobar los efectos de los temporales con miles de árboles caídos o dañados para siempre, así como los efectos de los incendios, especialmente en North Carolina, en los cresteríos de Cherokee Great Smoky Mountains, en una franja quemada de varias decenas de kilómetros de longitud.
BASAJAUN, mi trailname en Appalachian Trail, significa "Señor de los bosques" en Euskera, el idioma de Euskal Herria. En la mitología vasca queda representado por un personaje mitad hombre, mitad animal. En inglés puede traducirse como "Mister Forest". Hoy, después de finalizar esta ruta, creo que fue un acierto total la elección de este nombre, que dejo aquí "en depósito" como muestra de gratitud hacía ese bosque que, como digo, me ha protegido.
Appalachian Trail Conservancy
Quiero felicitar a esta Organización por mantener en condiciones toda la infraestructura que da soporte a esta travesía (señalización, Shelters y lógicamente el propio camino…), y también por cuidar y proteger este inmenso patrimonio forestal de primer nivel, tarea de la que se encargan 30 clubs de montaña.
A modo de sugerencia decir que, muchas veces en mi caminar diario, he pensado que quizá debería de existir por parte de ATC una cierta trazabilidad sobre los Hikers. Como he dicho anteriormente, realizar esta ruta, máxime en solitario, tiene muchos riesgos y no hay ningún control sobre los montañeros. Nadie te espera en ningún lugar, y por tanto, nadie te echará de menos ante un posible accidente o problema que pudiera surgir. Debemos de tener en cuenta que la cobertura de telefonía móvil es inexistente en muchos tramos de Appalachian Trail. Pero por otra parte, también es cierto que quien aborda un reto de este tipo, debe asumir los riesgos que conlleva.
Compañeros Thru-Hikers (NoBo's y SoBo's)
Es muy larga la lista de Hikers que he conocido durante este tiempo, la inmensa mayoría jóvenes de entre 25 y 40 años. Con todos ellos he compartido algo, en mayor o menor medida, y con todos me he sentido a gusto e integrado. A la mayoría los he visto en pocas ocasiones, a otros los daba por perdidos y han aparecido en el tramo final. Con algunos he compartido muchas cosas y hecho amistad. Y de todos ellos he aprendido y guardo un recuerdo. Según las estadísticas, entre el 80 y el 85 por ciento de los Hikers que intentan completar Appalachian Trail de una tirada no logran alcanzar ese objetivo. Para mí, ellos también tienen mucho mérito, porque lo han intentado…, aunque diferentes circunstancias les han impedido completar la ruta.
A todos nosotros nos une, y nos unirá para siempre Appalachian Trail, convertido en un punto de encuentro de personas con un sueño en común. Estoy seguro que asimilar esta experiencia nos supondrá meses, en los que entraremos en foros de todo tipo para informarnos y saber como le fue a los amigos que conocimos en el Sendero.
Thanks Hikers!
Thanks Thru-Hikers!
Mi propia experiencia
Durante estos casi cinco meses he sentido gran parte de lo que una persona puede llegar a vivir a lo largo de su vida, en una escala reducida de tiempo.
He pasado frío, llegando a temer incluso por mi vida, debido a los temporales, en alguna de las noches que viví con angustia en Georgia y en las Grandes Montañas Humeantes de los Cherokee. He pasado calor, hambre y sed. He estado alegre y triste, disfrutado y sufrido, reído y llorado. He sentido pereza, desesperación, impotencia, rabia, ira, miedo, ansiedad, estrés, nostalgia y soledad, ésta última hiriendo cómo un cuchillo...
He padecido enfermedades, infecciones, numerosos golpes, quemaduras, caídas y dolores de todo tipo y he sentido la debilidad, a causa de la perdida de hasta un 15% de mi peso habitual. Y obviamente, he sentido a diario el cansancio y la fatiga, en ocasiones de forma brutal.
Pero con todo, gracias a Dios, no he tenido lesiones y he estado feliz…, con la voluntad sin quebrar, dispuesto siempre a avanzar paso a paso hacía ese objetivo que me trajo a EEUU, caminando diariamente entre diez y doce horas.
Pienso que completar Appalachian Trail supone también el triunfo de la verdad sobre la mentira. Y me explicaré, porque quiero que se me entienda. Hoy en día engañan a la sociedad con una realidad adulterada y falsa, de efecto placebo, creando la falsa idea de que todo es fácil y alcanzable con el mínimo esfuerzo. Por ejemplo, con mensajes que todos hemos soportado, del estilo: Matricúlese y adquiera tal o cual método y hablará inglés en unas semanas, o siga este régimen y en un mes recuperará su figura perdiendo todos los kilos que le sobran, o solicite este crédito, pague cómodamente en infinitos plazos y disfrute de unas merecidas vacaciones. Y así un largo etcétera... No amigos, las cosas no son así. La vida no es así. Alcanzar un objetivo requiere un esfuerzo, en ocasiones requiere de un gran esfuerzo, dedicación y sufrimiento. En este sentido, finalizar Appalachian Trail significa el triunfo de la verdad sobre la mentira. La persona que, leyendo este relato, esté pensando realizar esta travesía debe tener esto muy presente.
La verdad, lo auténtico…, conlleva honor. Es por esta razón que pienso que el término "Ruta Honorable" aplicado a Appalachian Trail es muy acertado, porque supone un reconocimiento al esfuerzo, entrega y generosidad de todas las personas que dan vida a esta ruta de leyenda.
Aunque lo hice en mi anterior relato, quiero que mis últimas palabras sean de agradecimiento hacía mi familia, amigos y otras muchas personas que han estado ahí, apoyándome en todo momento. Y por supuesto, a los lectores de este blog, que aunque desconocidos para mí también aportan su calor. Estoy feliz y siento que hoy mi sombra es un poco más grande que hace cinco meses, cuando inicie esta travesía en Springer Mountain, en el Estado de Georgia.
Cierro este blog con la "Marcha Radetzky" de Johann Strauss. Orquesta de Viena dirigida por Herbert von Karajan, Para mí, esta composición musical es la expresión misma de la alegría que emana del triunfo, de la superación de las dificultades, del sueño cumplido.
Un abrazo.
JON GALDOS
Primer Thru-Hiker de Euskal Herria
Segundo Thru-Hiker de España
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